

Masaje Tailandés
Después de una práctica intensa o prolongada de yoga, el masaje tailandés ayuda a relajar los tejidos profundos, estimula la circulación y apoya la recuperación muscular, permitiendo que el cuerpo integre mejor los efectos de la práctica.
Así como el Yoga Iyengar explora el flujo energético a través de asanas y pranayama, el masaje tailandés actúa sobre líneas energéticas similares, ayudando a desbloquear estancamientos y restaurar la vitalidad del cuerpo.
El tacto consciente y las movilizaciones suaves del masaje tailandés permiten al practicante "escuchar" su cuerpo de una forma distinta, más pasiva pero igualmente reveladora, complementando la atención activa que se desarrolla en la práctica de yoga.
Muchas de las posturas pasivas del masaje tailandés recuerdan asanas de yoga restaurativo o asistido. Este estiramiento sin esfuerzo puede llevar al cuerpo a estados de mayor apertura y a la mente a una profunda quietud, como una meditación en movimiento.
El Yoga Iyengar y masaje tailandés se potencian mutuamente: uno despierta y organiza, el otro relaja e integra. Ambos cultivan presencia, equilibrio y bienestar integral.